El actual modelo agroalimentario globalizado no entiende la alimentación como un derecho y ha convertido los alimentos en mera mercancía. Se da la paradoja de que las tres cuartas partes de los mil millones de personas hambrientas en el mundo son campesinas, en su mayoría mujeres. En contraposición, muchos movimientos campesinos del Norte y del Sur, algunos de ellos agrupados en torno a La Via Campesina, proponen la soberanía alimentaria y la agricultura campesina sustentable como alternativa.